miércoles, 25 de abril de 2012

POESÍA

Ante la inesperada función.      
Bajo el cielo despejado.                                  
Cabe ver un gorrión.
Con su plumaje oscuro.                    
Contra el viento voló,
De norte a sur,
Desde su nido hasta su corazón.
En su ala una herida.                
Entre su pelo, sangre.       
Hacia el cielo se dirigió.                            
Hasta que llegó a Turquía.                      
Para poder seguir volando.
Por el gran cielo azul.
Según estaban sus alas.
Sin un solo milagro.
Sobre una rama se posó.
Tras un largo rato.
Durante muchos años.
Mediante la muerte, se lamentó no haber seguido volando.

Alejandro Rujas.

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