Ayer fue un día como todos los días, que no paramos de pasarlo bien.
En clase, la profesora que nos había enseñado los verbos, dijo.-Estad muy atentos, porque el tiempo y el modo son muy dificiles.
Después, en el recreo, salté a la combe y me lo pasé genial, con mis amigos, pero un niño dijo: -Saltáis fatal, y yo me puse colorada...
Y al final, en el comedor, me senté con Sara y Fátima, y claro, como son tan graciosas, me partí de risa y la monitora nos exclamó:-¡Comer de una vez!
La verdad es que todos los días pasa lo mismo, ¡y por eso todos los días son como todos!
Paula.
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