Nuestra madre nos apremiaba para levantarnos, nosotros, exhaustos nos levantamos muy perezosos.
La inhóspita casa, era pequeña, y estaba siempre muy desordenada.
Así que, desayunamos, nos aseamos y nos vestimos muy rápido.
Claro que era un poco difícil llegar pronto porque éramos cuatro hermanos.
Al final, llegamos a la 8:45...¡Mi madre estaba eufórica!
PAULA.
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